Carmen Gloria Silva, economista senior de Banco Santander: “Si no elevamos nuestro crecimiento, no vamos a alcanzar el anhelado estatus de economía desarrollada”
La economista que debuta este año en el comité consultivo del PIB no minero tendencial de Hacienda, delinea los desafíos para impulsar la actividad.
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Carmen Gloria Silva se sumó este año al comité consultivo del PIB no minero tendencial -uno de los insumos para la elaboración del Presupuesto- que convoca Hacienda. Con estudios en la Universidad de Chile y un máster en finanzas en la Universidad de Manchester, a la economista senior de Santander la antecede su paso por la división de política financiera del Banco Central.
Su designación se da en medio de la cruzada de Teatinos 120 por incluir más mujeres a una instancia con prevalencia histórica de hombres, donde ya son más del 35% del total. “Es muy importante que se sigan abriendo estos espacios para mujeres”, dice, junto con destacar la oportunidad que tiene para contribuir a una política pública tan relevante, como es fortalecer las cuentas públicas, y aportar a su transparencia.
Silva prevé una expansión de 2,5% para el PIB de este año. “Es un crecimiento positivo y continúa con el proceso de cierre de brechas”, dice.
“En términos de productividad, también ha habido un diagnóstico generalizado de que ésta ha ido decreciendo y es relevante poder estimularla nuevamente”.
- El crecimiento ha recuperado el protagonismo en los últimos meses. ¿Le preocupa que Chile tenga un PIB tendencial de 1,9%?
- El PIB tendencial no minero ha tenido una tendencia decreciente. (...) ¿Podríamos crecer más de los niveles actuales proyectados? Es posible, al menos teóricamente, si es que ocurre alguna innovación, algún cambio estructural en algunos de estos componentes. Si hay algún cambio, por ejemplo, en inversión producto de las fuentes de recursos naturales que tenemos, alguna innovación tecnológica que permita, por ejemplo, aumentar la productividad.
- ¿Pero esos cambios son difíciles de lograr o más bien hay oportunidades?
- El consenso es que existen oportunidades de poder mejorar el crecimiento. No es una tarea fácil de implementar. Está más bien el consenso en el diagnóstico más que en la efectividad de la implementación. Pero algunas iniciativas que podrían mejorar son, en primer lugar, en términos de inversión, que Chile, por ejemplo, es una fuente muy importante en reservas de minerales en términos de cobre, de litio, que son muy relevantes para el proceso de transición energética. También existe un gran potencial en el país en poder generar hidrógeno verde.
Son todas industrias que generando los incentivos y los estímulos correctos podrían elevar la inversión y, con ello, el crecimiento.
En términos de productividad, también ha habido un diagnóstico generalizado de que esta ha ido decreciendo y es relevante poder estimularla nuevamente. Está muy vinculada con la educación y, en particular, con la calidad de la educación.
En la prueba PISA de 2022, el puntaje de Chile, si bien es el más alto de Latinoamérica, está muy por debajo del promedio de los países OCDE. Entonces, es importante fomentar la calidad de la educación y, en particular, desde la educación temprana a todo nivel, desde la sala cuna. Ampliar la red de cuidados también permite, por otro lado, mejorar la participación laboral. Ahí hay otro factor. La participación laboral de las mujeres en Chile dista bastante del promedio de la OCDE.
- ¿Cuáles son los riesgos de tener un nivel de crecimiento bajo 2%?
- Es importante señalar que si no elevamos nuestro nivel de crecimiento, no vamos a alcanzar el anhelado estatus de convertirnos en una economía desarrollada y salir de lo que se denomina la trampa de los ingresos medios, que es la situación de países que cuando están en vías de desarrollo se les hace cada vez más difícil alcanzar y dar ese salto a ser desarrollado.
- ¿Qué ha faltado en Chile en los últimos años para crecer más?
- El bajo crecimiento del país está también vinculado con el contexto regional. Hay factores estructurales que han afectado a la región y me refiero a la calidad de la educación, pero el déficit en infraestructuras en determinadas áreas y los niveles crecientes en criminalidad también son otros factores.
En el caso particular de Chile, no hay que desconocer los niveles de incertidumbre política y económica que vivió puntualmente el país tras el estallido social y algunas medidas post pandemia.
- ¿Y una reforma al sistema político ayudaría?
- Es un factor adicional que podría contribuir. Siempre el generar consensos y que permitan avanzar en medidas que sean finalmente buenas y favorables para la economía, es positivo.
“Siempre optimista”
- Para 2024, ¿qué PIB prevé?
- En 2024 comenzamos con un crecimiento más favorable de la economía. Empezamos a elevar nuestras proyecciones de crecimiento, sin embargo, los últimos datos han mostrado cierta ralentización. En particular, el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de los últimos tres meses ha decrecido en términos desestacionalizados, lo que nos llevó finalmente a corregir nuestras estimaciones para el año desde un 2,8% hasta en torno a 2,5%. De todos modos, es un crecimiento positivo y continúa con el proceso de cierre de brechas.
- ¿Es optimista o pesimista sobre la economía chilena en los próximos años?
- Yo siempre soy optimista. Y creo que nuestra institucionalidad y, en general, los distintos actores tanto del área pública como privada han demostrado que podemos enfrentar shocks de magnitudes relevantes como las que hemos tenido.